La cotidianidad de la vida corre el peligro de anclarnos en la experiencia del tedio. Una mirada atenta, acogedora, profunda y desde la fe y el amor, es su antídoto.
"El Señor te bendiga y te proteja,
ilumine su rostro sobre ti y te conceda su favor.
El Señor se fije en ti y te conceda la paz."
(Num 6, 24-27)
"Mira que hago un mundo nuevo." Y añadió:
"Escribe: Estas son palabras ciertas y
verdaderas." (Apocalipsis 21, 5)
¡Feliz año Nuevo 2012!