La cotidianidad de la vida corre el peligro de anclarnos en la experiencia del tedio. Una mirada atenta, acogedora, profunda y desde la fe y el amor, es su antídoto.
No hago, por ahora, comentario alguno. Estas imágenes son suficientemente elocuentes y sobran mis mensajes. ¡Cuantas veces está escrita esta página en la Biblia!